Absceso Anorectal

Un paciente que siente malestar general, escalofrío, fiebre y dolor ano-rectal puede tener una fístula o un absceso localizados en la región ano-rectal. De estas enfermedades se habla poco; la gente piensa que son raras, y que a veces se relacionan con estilo de vida sexual o con cáncer; pero la realidad es que estos problemas son muy comunes, y usualmente no revisten gravedad.
Un absceso ano-rectal es una cavidad infectada, (llena de pus) que se localiza en el interior de las estructuras que rodean el ano y el recto.

¿Qué causa el absceso?
Un absceso es el resultado de la infección aguda de una pequeña glándula localizada muy cerca y por dentro del ano; esta infección se desarrolla cuando las bacterias o material extraño entran en el interior de la glándula.

¿Siempre que ocurre un absceso se formará una fístula?
No. Las fístulas se forman en cerca del 50% de los pacientes y no hay manera de predecir qué pacientes van a quedar posteriormente con ella.

¿Cómo se trata un absceso?
El tratamiento de todo absceso se realiza en sala de operaciones mediante el drenaje de la pus de la cavidad infectada. El procedimiento es muy simple y consiste en hacer un corte en la piel cerca del ano. Inmediatamente después del drenaje, hay mucho alivio y desaparición del dolor.
Muy rara vez es necesario hospitalizar los pacientes, excepto cuando tienen problemas serios asociados; por ejemplo, cuando son diabéticos o tienen problemas de inmunidad.
En la gran mayoría de los pacientes el drenaje de la pus es suficiente tratamiento y no es necesario tomar muestra para cultivos, ni el uso de antibióticos. Puede realizarse en el consultorio con anestesia local.

¿Cuáles deben ser los cuidados después de la cirugía?
Se recomiendan baños de asiento con agua tibia, tres o cuatro veces al día. El área debe ser sumergida en el agua a la que no es necesario agregarle nada para obtener el efecto deseado.
El paciente debe iniciar una dieta con suplemento de fibra; además es conveniente colocar una gasa o apósito delgado, removible, sobre el área anal para recoger las secreciones que se van a presentar durante algún tiempo después de la cirugía; éstas pueden ser amarillentas y a veces pueden ser de olor fuerte.
El paso de la materia fecal no es doloroso, no afecta la cicatrización de la herida ni aumenta el riesgo de infección.