Dr. Fernandez Rivero

Hemorroides

Las Hemorroides internas son una enfermedad muy común. Más de la mitad de la población las desarrolla, por lo general después de los 30 años. Los pacientes suelen padecer en silencio su problema hasta que el sangrado o el prolapso (las hemorroides se salen o se brotan a través del ano), son tan frecuentes y molestos que se ven obligados a consultar. Además las hemorroides pueden constituirse en una urgencia cuando se trombosan, gangrenan o causan sangrado masivo.
A menudo las hemorroides se describen en forma equivocada como várices del ano y el recto, pero en realidad las hemorroides son el resultado del aumento de tamaño y pérdida de posición de las almohadillas hemorroidales (estructuras normales de todo ser humano localizadas en el interior del ano y que ayudan a contener la materia fecal), con alargamiento y abombamiento de las venas y arterias localizadas en su interior.
No se sabe la causa exacta que las origina; sin embargo, se ha postulado que es la posición erecta de los seres humanos sumada a factores como:

  • Envejecimiento
  • Constipación crónica o diarrea
  • Embarazo
  • Herencia
  • Hábitos defecatorios inadecuados con pujo durante la deposición
  • Uso indebido de laxantes
  • Uso prolongado del inodoro

  • Cualquiera que sea la causa, los tejidos que sostienen las almohadillas hemorroidales se estiran y fragmentan; como resultado las venas se dilatan y sus paredes se tornan delgadas y frágiles sangrando con facilidad. Si el proceso continúa, las almohadillas hemorroidales se empiezan a salir (o, dicho de otra manera, se prolapsan).

Hemorroides externas

Por lo general las hemorroides externas no producen sintomas, excepto cuando aparece el hematoma anal o hemorroide externa trombosada.

¿Cuáles son los síntomas de las hemorroides internas?

Con frecuencia cualquier sintoma ano-rectal, especialmente el prurito o las protuberancias de piel localizadas en y al rededor del ano, son interpretadas como hemorroides. Pero realmente estas se manifiestan en la gran mayoría de los pacientes por sangrado, el cual es usualmente intermitente y cuando la enfermedad progresa, al sangrado se agregan grados variables de prolapso. Los pacientes, a veces deben recurrir a maniobras para introducirlas de nuevo en el ano.
Otro síntoma que ocurre con poca frecuencia puede ser un nódulo doloroso el cual se presenta cuando hay trombosis hemorroidal (se forman coágulos en el interior de la almohadilla hemorroidal). Solamente cuando las hemorroides internas se estrangulan ocasionan dolor severo, en esta situación que ocurre rara vez, se convierten en urgencia quirúrgica.

¿Pueden las hemorroides relacionarse con el cáncer de colon y recto?

No hay ninguna relación causal entre estas dos enfermedades. Sin embargo, los síntomas de las hemorroides, especialmente el sangrado, son similares a los de cáncer del colon, del recto y a los de otras enfermedades gastrointestinales. Por estas razones es de suma importancia que todos estos síntomas sean investigados por una persona experta en la evaluación endoscópica del colon y el recto.
El uso de cremas y ungüentos, comúnmente autoformulados, dan una falsa sensación de seguridad cuando se detiene el sangrado. Este efecto no es debido al uso de la crema, sino a que estas enfermedades siempre sangran en forma intermitente.

¿Cómo se tratan las hemorroides?

Excepto en aquellos enfermos en que las hemorroides están permanentemente brotadas, (prolapsadas) sólo después de examinar el interior del recto del paciente se puede determinar cómo tratarlas. Si los síntomas son leves y no hay prolapso, los pacientes pueden mejorar si se les aumenta el contenido de fibra en la dieta y se los instruye sobre la forma más saludable de realizar una deposición. Con estas medidas muchos pacientes no volverán a presentar sangrado y no requerirán ningún tratamiento adicional.
Cuando lo anterior no controla los síntomas o el paciente está presentando prolapso, se debe utilizar otro tipo de tratamiento.El más usado es la ligadura de las hemorroides con bandas elásticas (anillos de caucho). Se liga la hemorroide con una banda pequeña de caucho, cortándole de esta manera el suministro de sangre. La hemorroide y la banda se caen en 8 a 10 días y la herida cicatriza unos dias después.
Este tratamiento se realiza en forma ambulatoria y ocasiona molestias mínimas; no requiere el uso de anestesia y necesita en promedio para completarse, tres sesiones por paciente (ocasionalmente hay dolor leve que se controla fácilmente con analgésicos). El procedimiento toma pocos minutos y se realiza en el consultorio.

¿Cuándo es necesario operar las hemorroides?

La cirugía es necesaria en los siguientes casos:

Cuando el prolapso es muy grande (hemorroides grado III), es posible que el resultado con la ligadura no sea bueno y que sea necesaria la cirugía.

Cuando las hemorroides están permanentemente prolapsadas.

Cuando persiste el sangrado después del tratamiento con bandas.

La cirugía consiste en retirar las almohadillas hemorroidales sangrantes y prolapsadas. Para su realización se requiere el uso de algún tipo de anestesia y en algunas circunstancias hospitalización y un periodo de incapacidad. Los resultados de la cirugía son excelentes, y es extremadamente raro que el problema vuevla a aparecer.
Las hemorroidectomía con Rayo Láser no ofrece ninguna ventaja sobre la técnica convencional. Es más costosa, tiene más complicaciones y, al contrario de la creencia popular, es igualmente dolorosa.
Otra técnica utilizada es el uso de engrapadora para hemorroides, que funciona solo para hemorroides internas.

Enfermedad diverticular

La enfermedad diverticular se presenta principalmente en pacientes mayores de 50 años y se caracteriza por la inflamación de los "divertículos" que son pequeñas formaciones saculares ubicadas en la pared del colon.

Estos diverticulos hanitualmente no causan síntomas, excepto cuando se complican (inflamación, hemorragia o perforación). Cuando ocurre inflamación diverticular el paciente presenta dolor abdominal, principalmente en el lado izquierdo, junto con fiebre, náuseas y, ocasionalmente, vómitos. Los divertículos de colon no precisan tratamiento sin no ocasionan síntomas. El tratamiento de las complicaciones puede ir desde el manejo con régimen junto con antibióticos hasta la intervención quirúrgica, la cual en los últimos años se realiza mediante laparoscopia.